miércoles, 9 de junio de 2021

El sector tecnológico sigue lejos de alcanzar la igualdad de género

 Este era el título de un reciente artículo de La Vanguardia, y refleja la disparidad de la presencia de las mujeres no sólo en el ámbito de los estudios cientifico-técnicos (STEM) sino aún más en la etapa posterior de acceso al ejercicio de la profesión.

Aunque merece la pena detenerse a leer todo el artículo y consultar las referencias que indica, quisiera destacar estos dos párrafos como síntesis:

En la Formación Profesional, la cifra de matriculadas en cursos de informática está siempre por debajo del 20%, porcentajes que contrastan con las adhesiones de más del 90% a cursos de imagen personal o servicios socioculturales. El patrón se repite en la universidad. En el curso 2018/2019, apenas el 12% de matriculados en ingeniería informática eran mujeres, el 20% en telecomunicaciones o el 13% en aeronáutica. En carreras como medicina, humanidades o biología los porcentajes están por encima del 60%. Los gráficos muestran como diez años atrás los resultados no son muy distintos a los actuales.

La desigualdad persiste a la hora de entrar al mercado laboral y también en el momento de abandonar el trabajo. En la Unión Europea, solo una cuarta parte de las mujeres que han estudiado TIC acaban trabajando en el sector frente a un tercio de los hombres. Una de las explicaciones se puede encontrar en “el fenómeno de la camaradería masculina, conocido en inglés como brogrammer (brother+programmer). Es el segundo motivo más frecuente de abandono en el sector tecnológico, después de la maternidad”.

Como el propio artículo señala, la presencia de mujeres es escasa en un campo profesional que a priori tiene muchos aspectos para resultar atractivos: empleo abundante, con buenas remuneraciones, se trata  de actividades muy ricas desde el punto de vista intelectual...

Y sin embargo, las tasas de estudiantes de ciencias (STEM) caen año tras año, y de modo aún más pronunciado en el caso de las mujeres frente a los hombres. ¿Qué es lo que falla?

Probablemente, el hecho de que desde la infancia se asume que las mujeres tienen una predisposición o mayor sensibilidad hacia las humanidades, las artes, las ciencias sociales... mientras que los hombres se encuentran más a gusto rodeados de tecnología, mecanismos, maquinaria.... y todo eso se refleja en las actitudes de los adultos que están en contacto con los jóvenes durante su desarrollo, en los juguetes y en las expectativas que depositan sobre esas pequeñas mentes en desarrollo.

Además, este fenómeno de la expulsión de las mujeres del ámbito tecnológico no es local, de España, sino que se manifiesta globalmente, como dejan claro numerosos artículos de otras fuentes internacionales.

Las posibles soluciones a esta problemática son complejas, y sobre todo, probablemente requieran de bastantes años para ser eficaces. Las soluciones más inmediatas pasan por invertir en programas que visualicen los ejemplos de mujeres exitosas en la ciencia y la tecnología, presentándolas como salidas atractivas para las jóvenes que están en edad próxima al inicio de estudios universitarios. Por ejemplo, la celebración de Girl's Days en las facultades y Escuelas Técnicas de universidades de todo el país. 

Pero en el largo plazo, la solución definitiva pasa por conseguir que las nuevas generaciones sean educadas en un ambiente que no discrimine los intereses y aficiones de la persona en base a su sexo. Y eso requerirá cambios de actitud por parte de toda la sociedad: desde las escuelas a las familias, vecinos, formas de celebración social...


 

 

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